Una cita conmigo

Una cita conmigo

Yo tenía 2 meses con mi rutina AM, sacaba mi tiempo todas las mañanas de 5:00am a 7:00am, yo estaba tranquila, era una mamá calmada, buen humor, presente, organizada, podía fluir con las cosas y mis explosiones estaban en lo más mínimo por no decir que estaban eliminadas por completo.

Pero, llegó la regresión de los 8 meses de Rosalía y con ella se fue mi rutina de sueño, los primeros tres días yo estaba “bueno ok, es una regresión todo va a estar bien” pero ya para el jueves estaba de mal humor, me sentía abrumada, me estaba empezando a desesperar, mi lasaña quedó malísima, todo fue un desastre, para el viernes nadie me podía hablar porque yo estaba rabiosa, decidí usar un certificado de masajes que tenía para hacer una cita conmigo.

El sábado a las 8:45am estaba de camino a darme mi masaje, le dije a Miguel que resolviera todo, me fui a estar conmigo. Cuando me pusieron en la cama de masajes y empezaron a dármelo mi cabeza empezó a pensar en la lista de útiles escolares de Eva, trataba de volver a centrarme y me iba a la cita médica de Miguel, a mis pastillas que no las he pedido, a los planes que tenemos pendiente, etc… mis 60 mtns fueron una lucha entre yo y yo para relajarme,

Al terminar me dijeron que podía pasar a la piscina para darme un baño, yo decidí meter los pies en el agua, leer un libro, estaba feliz hasta que me puse a pensar en que tal vez debería de estar en mi casa con mis hijas, que ellas estaban sin mi, que a Eva le encantaría esa piscina, Miguel en ningún momento me llamó, al contrario me dijo “disfruta” yo solita me metí por ahí y me ahogué en un vaso de agua porque eran las 11:20am ya.

En ese momento entendí que no sólo se trata de mi rutina AM, necesito más citas conmigo, más momentos conmigo, para ir poco a poco desconectándome de mi día a día para disfrutar mis días conmigo, uno tiene la cabeza tan puesta en “vamos, vamos, vamos” que cuando toca parar ni sabemos como hacerlo.

Pero estoy más que agradecida de ese momento que tuve para mí, la mamá que salió de casa y la que llegó fueron completamente diferentes, pude disfrutar más a mis hijas, me regresó mi paciencia, mi humor es otro y me siento más yo.

Vamos a darnos permiso de sacar ese momento para nosotras, para tener citas mensuales con nosotras, para disfrutar de nuestra compañía que debe de ser la mejor de todas.

Recuerda que si mamá no está bien, nadie en casa lo estará.

Puedes ver mi video documentando mi día aquí

Date permiso este fin de semana a tener una cita contigo.

Gracias por leerme,