Superando mis inseguridades como madre

Superando mis inseguridades como madre

Si algo a mi me gusta es la honestidad, demasiados post en instagram con está familia perfecta que lo único que hace es hacerle cuestionar al resto si lo estamos haciendo bien.

Me cuestiono si mis acciones ahora le afectarán en un futuro. Si mis decisiones que tomo pensando en que son lo mejor para ella al final la van a perjudicar.

Me cuestiono si mis momentos de perder la paciencia la marcarán para siempre.

El lunes perdí la paciencia con ella, no había dormido su siesta y después del baño cuando le di la cena además del “no” empezó a tirar todo al piso, yo estaba hablando por teléfono así que asumí que era una de sus rabietas, estaba descargándome porque había tenido un día horrible, salí del cuarto para poder escuchar al teléfono y terminé cerrando porque los gritos de Eva estaban en su buena. Cuando entré al cuarto recogí todo y la tomé por los brazos, me baje y le dije ¿Eva qué es lo que pasa? No le grite, pero le hablé bastante firme y luego de estar súper molesta fue que me di cuenta que se estaba muriendo de un sueño y el estómago se me volvió un 8.

En ese momento la abracé bien fuerte, le pedí perdón, me sentí como la peor madre del mundo. La noche entera me la pase repasando ese momento.

¿Por qué nos atacamos tan duro cuando cometemos un error y nos damos tan poco crédito al momento de las cosas buenas?

Sin embargo, si mi amiga me llama para contarme que le paso eso mismo no la juzgo como a mi, le doy un “pase” y le digo la madre tan increíble que es.

Yo no me siento mal cuando mi hija me hace una rabieta en público, es una niña aún aprendiendo a expresar sus emociones y así es que ella sabe hacerlo. Lo que me destruye es en cómo yo lo manejo, si pierdo la paciencia no me lo perdono.

Yo se que la paciencia es un músculo que se debe de trabajar a diario, yo se que llegarán sus momentos en que la vamos a perder. Pero que duro es verle la cara a mi hija y saber que eso lo provoqué por no controlar mis emociones cuando yo soy la adulta y yo soy la que debo de enseñarle a lidiar con sus emociones.

Estoy leyendo The Gift of Imperfection de Brené Brown y entre los tantos temas me llamó la atención 2 cosas:

1- No podemos darle a nuestros hijos lo que no tenemos. Si no sabemos amarnos no podemos enseñarle amarse.

2- Nosotras las madres no tenemos compasión con nosotras mismas: inmediatamente sucede algo y empezamos atacarnos “que idiota”, “soy la peor madre del mundo”, “mira lo que hice”, etc…

Nos atacamos si no desayunan, si se nos olvidó algo que tenían que llevar al colegio, si se nos pasó un chequeo médico, por todo nos culpamos y nos creamos una inseguridad que sólo está en nuestra cabeza.

Nos dejamos hundir cuando nos dicen que “tú hijo si es rabioso”, “es muy malcriada”, “que arisca”, “está demasiado apegada a ti” y demás disparates que la gente opina sin saber.

Yo no pinto es madre perfecta, tengo muchas imperfecciones, quiero que Eva crezca sabiendo y entendiendo que no existe la perfección.

Tenemos que ser amables con nosotras mismas, necesitamos tener compasión con nosotras. Nuestros peques aprenderán a tenerse compasión con nuestro ejemplo y se sentirán libres para ser auténticos y estar conectados.

Cambiemos el “chip” y seamos más amables con nosotras, vamos a darnos más méritos y más crédito al increíble trabajo que hacemos día a día, vamos a meter la pata, pero si la metemos, no pasa nada, la sacamos, pedimos perdón si es necesario e intentamos de que no se repita más.

Gracias por leerme,